Análisis de las tareas y sus riesgos
Es muy frecuente que para adiestrar a una persona, habiendo previamente
determinado en la que tarea u oficio adestrársele, se haga de una manera
arbitraria y se le den más conocimiento de los que necesita para el desempeño
del trabajo o bien, que se omitan conocimientos básicos o indispensables.
Para evitarse ese
peligro, debe analizarse el trabajo. Con
el objeto de hacer un análisis del trabajo determinar que es lo que la
persona debe hacer y que debe saber para hacerlo bien.
El análisis del
trabajo se hace enlistando ordenadamente todo lo que la persona hace y lo que
desea saber para hacerlo bien. Este análisis no es cosa sencilla pues, muchas
veces, personas con mucha experiencia y muy diestras en la ejecución de
determinada tarea, fallan lamentablemente al tratar de hacer una lista de todas
las operaciones que abarca el trabajo. La única manera de adquirir habilidad
para hacer un análisis del trabajo es practicándolo.
Se cree
generalmente que enseñar o instruir es tarea sencilla que puede desempeñar
cualquier persona que sepa hacer su trabajo. Quienes piensan así creer que
construir es decir en forma clara y detallada lo que construir no es solamente
decir, sino decir y mostrar lo que se espera que haga el trabajador. Instruir o
enseñar as algo más complejo que decir y mostrar.
A continuación se
dan las cuatro fases en que se descompone el proceso de instrucción y
enseñanza.
1. Preparar al trabajador
Animarle,
ser amable con él.
Definir
el trabajo y averiguar la experiencia del trabajador.
Despertar
su interés por aprender el trabajo.
2. Demostrar el trabajo
Esta es la fase básica de la introducción y en la que el supervisor debe
desarrollar una gran habilidad para obtener éxito en la instrucción. Las
recomendaciones son:
Debe
de colocarse el trabajador en la mejor posición para observar la demostración
del trabajo.
Debe
explicar, mostrar e ilustrar, en el orden real, cada una de las operaciones.
Debe
recalcar todo lo que el trabajador debe saber para hacer cada una de las
operaciones.
La
instrucción debe ser clara, completa y paciente.
El
ritmo de la instrucción debe ser el adecuado para la capacidad de compresión
del trabajador.
3. Comprobar el trabajo
Para instruir no basta realizar correctamente lo indicado en las dos
fases anteriores, es necesario además, verificar que el trabajador este
aprendiendo lo que se le esta enseñando.
Para esto se recomienda el siguiente procedimiento:
Hacer que el trabajador ejecute las
operaciones y corregir los errores que cometa.
Pedirle que explique los puntos clave
mientras ejecuta las operaciones.
Hacerle preguntas inteligentes para
verificar que entiende y que esta aprendiendo cada operación.
Felicitarlo por sus aciertos y animarlo
diciéndole que lo que haciendo bien, cuando así sea.
4. Observalro en práctica
En el trabajo normal de producción no se puede correr el riesgo de
cometer errores y equivocaciones, por lo que se hace necesario observar de
cerca la acción del trabajador, después de haber terminado la fase anterior de
la instrucción. Se recomienda la siguiente técnica:
Hacer que trabaje independientemente.
Indicarle a quien debe consultar en caso de
que surjan dudas.
Revisar su trabajo frecuentemente e
invitarlo que haga las preguntas que aclaren sus dudas.
Finalmente, disminuir progresivamente la
ayuda y la vigilancia hasta llegar a la supervisión normal de un obrero
calificado.
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